Música y niños: Somos la música que escuchamos. Hoy tengo el enorme privilegio de contar con una colaboración excepcional. Os voy a compartir una interesantísima reflexión de una autora invitada.
Se trata de Silvia, Maestra de Educación Musical en Infantil y Primaria y Psicopedagoga. Además, es madre de una preciosa hija a punto de empezar en el colegio y autora del maravilloso blog EmocionArte. En su página web nos habla sobre emociones, arte, psicología y filosofía. También, por supuesto, de educación, infancia y literatura.
Y por encima de todo, es una excelente persona. Silvia es alegre, generosa, sincera y escribe desde el corazón. Es estupendo tenerle como amiga y compañera bloguera. ¡Un abrazo muy grande desde aquí!
Así que, sin más dilación, os dejo con sus palabras sobre un tema de plena actualidad que nos preocupa a padres y educadores: la música que escuchan nuestros peques y su exposición a determinadas letras e imágenes en la industria musical. ¡Le doy paso a Silvia!…
Música y niños
Antes de iniciar la entrada en si, quisiera agradecer a Pilar que me haya dado la oportunidad de expresarme en su espacio, en su blog. Para mí, Pilar ha sido un reciente y grato descubrimiento, que siempre está ahí a punto para colaborar, ayudar y comentar, y todo ello empapado de una dulzura infinita. Así que, muchísimas gracias.
Somos la música que escuchamos
Con el post de hoy no quiero ofender a nadie, pues para gustos los colores, y los estilos de música no iban a ser una excepción. Hoy no quisiera hablaros de ellos en particular, aunque todo va de la mano, sino de letras, videoclips, responsabilidad, educación, familia y escuela. Como veis, igual quiero abarcar mucho, pero os hablaré siempre desde mi humilde experiencia como madre y maestra. Creo que así entenderéis mejor mi preocupación. Habéis leído bien, sí, mi preocupación, y supongo que la de muchos papás y mamás.
La música, a lo largo de la historia, siempre ha sido un fiel y vivo reflejo de la sociedad de cada momento, y la nuestra no iba a ser menos. La falta de valores hoy en día es más que evidente en las calles, en las casas, en las escuelas, y en la música, por supuesto.
Os voy a explicar algo que me va sucediendo cada 3r trimestre de cada curso escolar. Soy maestra de música en Infantil y Primaria. En esta última etapa, en los cursos superiores (de 4º a 6º) los alumnos desean que lleguen los últimos meses, para participar y disfrutar de un trabajo en grupo, que consiste en crear una coreografía de baile sencilla, a partir de una canción más o menos conocida y actual. Hasta hace poco siempre decidía yo la música.
El curso pasado, para no perder la sintonía con las nuevas metodologías educativas, que hacen valer mucho más la voz del alumnado, cosa que veo fenomenal, aunque con ciertos límites, consideré su opinión, la de los alumnos, para posteriormente realizar una votación final, y de ahí debía salir la pieza musical a bailar. No os podríais ni imaginar la de veces que tuve que escuchar: “¿Pero por qué no puede ser esta canción? No lo entiendo. Que no dice nada ‘guarro’. Pues yo la escucho cada día en mi casa.”
No quería nombrar estilos, pero lo necesito para que entendáis mi negativa ante ciertas propuestas. El estilo musical reggaetón arrastra unos estereotipos, vocabulario, imágenes y letras ofensivas, y sexualidad, en algunas ocasiones incluso explícita. Lo siento, pero en una escuela no puedo permitir este lenguaje. Y así se lo hago saber a mis alumnos. Les explico y les hago analizar, hablar de ello, criticar, valorar aquello que escuchan.
Para que os hagáis una idea de lo que pueden llegar a escuchar, me gustaría que leyerais otra de mis desagradables experiencias. Participé en un programa de radio infantil-juvenil, en el que algunos de mis alumnos recomendaban canciones actuales a los radioyentes y explicaban por qué les gustaba tanto.
El presentador del programa, me llamó medio molesto, diciéndome que una de las canciones no la podía poner debido a su letra. No es excusa, lo sé, no se me ocurrió escucharla antes, iba liadísima en el cole, participé de chiripa en este proyecto. Y aunque iba hasta arriba de trabajo, pensé que era una oportunidad bonita para ellos, y las grabaciones fueron ‘pim pam, aquí te pillo, aquí te mato’, mediante mi móvil en algunas horas de patio. Pero que no, que no tengo perdón, y menos viniendo la propuesta de un alumno complicadillo a nivel conductual. Precisamente le estaba dando la opción de hacer algo positivo y que viera que confiaba en él, pero ya veis que salió rana.
A día de hoy, a alguno/a aún le cuesta entender cuando les respondo NO en esas situaciones, pero la gran mayoría ya me conocen y cuando me comunican la propuesta, apostillan: “no dice cosas feas, Sílvia, tranquila”.
Pero a pesar de ello, aunque me conozcan, es verdaderamente frustrante ser profe de música en momentos como este o situaciones de este tipo. Porque por mucho que en el aula les enseñe a valorar y criticar positiva y negativamente una pieza musical, (llegan a ver y confirmar el machismo en algunos videoclips, manifiestan verbalmente la denigración de la mujer en ellos), el poder del exterior es brutal no, lo siguiente. No hay manera de combatir con eso.
Así que, a veces me siento como que lo que hago no sirve para mucho. Pero tengo la esperanza de que con los años, esas pautas que les di en su momento para valorar el hecho artístico, que los rodea a diario. Les sirvan para dar valor a aquello que realmente lo tiene. Para dejar de lado aquello que hace daño a la sociedad, es decir a ellos mismos. Aquello que para mí no deja de ser algo tóxico.
Con este discurso, no estoy echando la culpa a las familias y poniendo en tela de juicio lo que se deja ver u oír en casa. Yo también soy mamá y sé que no es fácil luchar contra lo de afuera. Aunque mi peque no llegue a los 3 años, ya he vivido la sensación de verla disfrutar a más no poder. Feliz bailando el “Despacito” de Luis Fonsi. Y yo intentando apretar el botón de stop. Mientras veía el videoclip y escuchaba la letra tan “enriquecedora” (modo irónico on).
Me acuerdo el revuelo que hubo por querer clasificar la música por edades. Tal y como se hace en el cine. “Es que no se respeta ya ni la libertad de expresión”, decían algunos en las redes en pleno debate. ¿Qué pasa? ¿No hay libertad de expresión en las películas, entonces?
Entiendo que si el lenguaje, visual y auditivo en la música está llegando a unos niveles de vulgaridad y mala educación considerables, habrá que regularlo de alguna manera, digo yo. ¿O, es que hoy en día tampoco pueden regularse las cosas? Libertad absoluta en todo. Autoridad, disciplina, sensatez y rigor están mal vistos. Bueno, que me voy de tema.
Ya sabemos, que luego en casa cada uno haremos lo que creamos oportuno. Ahí está la responsabilidad y la lógica sensata de cada uno de nosotros como padres. Pero vamos, que no quería acabar esta reflexión con tintes tan negativos, aunque no tengo más remedio.
Ahora me viene a la cabeza algo que me dijo un alumno una vez. Pero que no es algo raro y puntual, es más frecuente de lo que pensamos. Un niño de 6 años me dijo un día: ¿Tú no ves Walking Dead? ¿Nooo? Yo lo veo cada semana.
La libertad la tenemos cada uno en nuestra casa, repito. Pero no debemos olvidar enseñar esa libertad desde el respeto a las personas. Y no obviar nunca la protección de nuestros menores. Yo, desde el aula lo seguiré haciendo, y por supuesto en casa también.
¡Una reflexión muy real! Gracias de nuevo, Silvia, por tu aportación y tu experiencia en el tema. Realmente soy de la misma opinión. Hoy en día cada vez podemos encontrar una mayor hipersexualización de los niños. En todos los contextos: películas, música, publicidad, redes sociales…
Ya hablé de un tema relacionado en mi post sobre promover la igualdad de género y el respeto en los niños. También lo que nuestros peques escuchan y ven les está formando como personas.
Como padres y educadores, está en nuestras manos reflexionar. Entre otras cosas, sobre los contenidos a los que nuestros hijos y todos los menores están expuestos continuamente.
De nosotros depende hacia dónde se encaminará la sociedad el día de mañana…
Me ha encantado el post y la reflexión. Justo este fin de semana hablaba de este tema con mis cuñados, y de como aunque en casa no se escuche determinado tipo de música…les acaba llegando y acaban cantando las letras. Es una lucha imposible…pero no por ello debemos rendirnos
Cierto! Este tipo de música está por todas partes. Y como son ritmos pegadizos, al final acaban tarareando las letras (muchas veces sin entender lo que dicen). Es complicado de evitar, pero por lo menos tenemos que ser consecuentes y hacerles valorar los contenidos para que ellos se den cuenta y puedan discriminarlos y escucharlos de forma crítica. Inculcarles unos buenos valores es primordial
Muchas gracias por tus palabras. Es realmente importante esta concienciación.
Me dedico a crear eventos y espectáculos familiares e infantiles y para mí es esencial qué tipo de música suena. Cuando tengo la oportunidad económica le hago el encargo de las canciones a un músico de confianza. Con letras y contenido elaborado por mí o mi marido que es co-fundador de nuestra empresa.
Tenemos mucho cuidado con las canciones que ponemos para ambientar o durante los shows. No sólo para que no sean ofensivas sino para que aporten valores y no sean canciones vacías.
Ahora tengo otro proyecto para hacer algo positivo en este sentido. Estoy elaborando una playlist con canciones que hablan de cómo relacionarnos de manera sana, especialmente en el amor de pareja. Me gustaría que fuese un regalo para mis hijas en particular y para todxs en general.
Por su parte mi marido está elaborando también una playlist «kidsfriendly» precisamente para que suene música molona y que no tenga ser ofensiva, denigrante, machista…
Un saludo!
Aida Chia
Vuestro proyecto es genial, enhorabuena! Hacen falta personas y buenas ideas como las vuestras. De este modo, todo sería mejor y más fácil! Es necesario que todos nos concienciemos y nos involucremos más en aportar buenos valores. Gracias por comentar y un abrazo muy grande 😊
Tenemos que seguir en la lucha!!! Por desgracia no es fácil, porque los niños y niñas desde que nacen se ven bombardeados por estas cosas… en tv, radio, cine… es nuestra responsabilidad como padres y madres la de evitar que les cale, porque es imposible que lo oigan cuando viene de fuera… cuando se lo ha escuchado a algún amiguito, cuando algún familiar o conocido lo pone en el móvil, cuando en un momento ve algo así en un anuncio de tv… pero ahí estamos nosotros, ahí tenemos que intervenir y, si no podemos evitar que llegue, al menos hacerles reflexionar sobre ello, hacerles pensar, criticar, ver las cosas de otro modo y que no se traguen lo que les llegue sin más, que lo frenen y lo estudien.
Aunque esto que digo se podrá hacer cuando tengan unos añitos… como bien hace Silvia en sus clases, no dejes de hacerlo!!! Yo lo hago con mis adolescentes hasta arriba de hormonas, y me pongo negra cuando dicen: «sí, pues mi novio no quiere que vaya a ese sitio con Fulanita»… Y paro la clase, porque lo más importante en ese momento es poner la atención en eso que tenemos como cotidiano y verlo como lo que es: machismo, control, manipular, denigrar a un ser humano, no respetar sus derechos y decisiones… y un largo etcétera.
Con esto de la música y el cine pasa lo mismo. Se consume sin crítica, todo vale y todo está normalizado… y no. Por eso hay que seguir trabajando. Es muy importante que no desistamos… solo así la sociedad de mañana será mejor… Eso espero!!
Enhorabuena, chicas, sois muy grandes y un artículo de 10!!! ^^
Un abrazo gigante para las 2!
Muchas gracias! La verdad es que son temas que ya, por cotidianos quizá, no les prestamos la suficiente atención. Y sí… nos bombardean por todas partes con este tipo de mensajes: machistas, denigrantes, soeces, carentes de respeto y educación… Y debemos darnos cuenta de que todo eso acaba calando en la mente de nuestros peques. Hay que trabajar mucho en ello! Tanto cuando son niños como en la adolescencia, que es una etapa bastante complicada. Un abrazo 😘