Mamá ¿puedo ayudar? Muchas veces los padres pensamos que los niños no pueden realizar determinadas tareas en la casa. Tendemos a pensar que son demasiado pequeños y que no es responsabilidad suya sino nuestra. Creemos que no las sabrán hacer, que tardarán mucho, que tendrán problemas para realizarlas.
De este modo les sobreprotegemos en exceso, acaban convirtiéndose en personas dependientes de nosotros. Les incapacitamos para desenvolverse, desarrollarse y crecer como personas.
Mamá, ¿puedo ayudar?
Debemos permitir que el niño se haga autónomo e independiente. De otro modo lo que pensamos que es una ayuda para él y para toda la familia, en realidad les está perjudicando.
Hay muchas tareas de la casa en las que un niño puede colaborar. Al mismo tiempo conseguirás que el niño se implique. A los niños pequeños les encanta ayudar. Eso les permite sentirse útiles y aumentar su autoestima.
Al mismo tiempo, los niños interpretan como un reto el poder hacer «cosas de adultos». Les hace sentirse mayores y capaces.
Los padres tendemos a ordenar sus juguetes, hacerles la cama y otras tantas tareas que ellos pueden hacer también. Lo único que conseguimos es cargarnos de faena, agobiarnos y al final estresarnos. Un mal resultado, cuando muchas veces los niños son los primeros que piden ayudar.
A la vez, permitiendo que el niño se implique con nosotros en las tareas del hogar, les estaremos prestando atención. Y esto es lo primero que el niño agradecerá.
Sobre todo si tiene también un hermanito pequeño que se está llevando una buena parte de la atención de sus padres. ¡Implícale también en que te ayude mientras atiendes al resto de hijos! También de este modo contrarrestarás los posibles celos propios de esas edades.
Tareas que un niño puede hacer según su edad
Siempre debemos tener en cuenta lo que un niño puede y no puede hacer. Si la tarea que le ofrecemos no es adecuada a sus posibilidades le frustraremos al no poder realizarla. Por no hablar del lío que puede organizar.
Aquí os dejo alguna de las tareas del hogar en las que ellos pueden colaborar:
-Entre 2 y 3 años: ordenar juguetes, comer solo, guardar sus cuentos, cuidar y regar plantas.
-Entre 4 y 5 años: poner la mesa, vestirse solo, lavarse las manos y los dientes, recoger su habitación. También colaborar contigo en tender la ropa, ayudar al fregar los platos, preparar recetas de cocina y otras tareas en equipo en las que un adulto le dirija y le ayude.
-Entre 6 y 7 años: organizar sus juguetes, hacerse la cama, prepararse la mochila para el colegio, quitar el polvo y pasar una bayeta por las superficies de su habitación.
-8 años: preparar el desayuno, cuidar de una mascota, barrer, preparar comidas ayudado, bañarse o ducharse solo.
-Entre 9 y 11 años: limpiar y recoger su habitación, llevar a la mascota en los paseos, prepararse y elegir la ropa para vestirse, cuidar a su hermanito, hacer los deberes solo.
-12 años: sacar la basura, tender la ropa, hacer alguna compra, coser algo sencillo como un botón, cuidar el jardín.
¿Cómo reforzarle para que ayude en casa?
A ver, tampoco esperemos que el niño haga esas tareas de casa como si fuera «Cenicienta». El hábito de ayudar en las tareas de la casa debe instaurarse desde que son pequeños, como algo natural. En el hogar todos somos un equipo, por lo tanto entre todos las cosas cuestan menos y salen mejor.
Esta tabla de tareas es orientativa y debemos adaptarla a nuestras propias circunstancias.
Constancia y paciencia
Para conseguirlo, tenemos que ser constantes y seguir estos pequeños consejos:
- Demostrarles con el ejemplo. Si queremos que ellos hagan lo mismo, debemos mostrarles con hechos el modelo a imitar.
- Elogiar el trabajo del niño, aun cuando no salga «perfecto». Alabar su esfuerzo y lo bien que lo está haciendo.
- Explicarles cómo realizar determinadas labores. Ayudarles con las tareas y mostrarles la forma de hacerlas.
- Tener presente la propia capacidad del niño, no todos son iguales y debemos adaptar las tareas a sus posibilidades reales.
Poco a poco conseguiremos que el niño colabore en las faenas del hogar y de este modo se sienta útil y no se vuelva perezoso. Aunque no es fácil conseguirlo, si comenzamos desde que ellos son pequeños será más sencillo.
El niño al principio se lo toma como un juego…
¡Fomentemos su colaboración y dejemos que nos ayude!