Rutinas y normas para los niños

Rutinas y normas en nuestra vida diaria familiar

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Las rutinas y normas en casa son necesarias y son muchos los beneficios que ellas aportan a los niños. Teniéndolas en cuenta, la vida diaria tiene una estructura clara. Al mismo tiempo, os permitirá organizar las cosas de forma que todo el mundo en casa tenga un tiempo de calidad propio.

Los niños funcionan mejor cuando las cosas son predecibles y ocurren más o menos a la misma hora. Es algo de sentido común y comprensible, más aún cuando son pequeños. Establecer una hora para el juego, una hora del baño, una hora para hacer las tareas del colegio…

La importancia de marcar unas rutinas y normas

Rutinas y normas en casa

Una rutina os ayudará a satisfacer las necesidades físicas del niño en el momento adecuado. Cuando son pequeños ésto es esencial, sobre todo el horario de las comidas y el horario de irse a dormir. Lo mismo sucede con todas las actividades clave.

Si todos los días ocurren las cosas de forma organizada, el niño sabe a qué atenerse. En caso contrario, el niño puede mostrarse inseguro e irritable. Esto se debe a que se encuentra en un estado de alerta permanente, no sabe qué puede esperar ni cuándo, lo cual le impide estar relajado.

Al mismo tiempo, una rutina diaria conseguirá que el niño se acostumbre a saber lo que viene después. De este modo, las actividades básicas diarias no le pillarán por sorpresa. Nos permite ir poniendo en su conocimiento lo que esperamos de él.

Las rutinas proporcionan coherencia a la vida familiar. Para ello, los padres necesitan tener un conjunto de normas establecido. Sólo de este modo es posible exigir a los hijos determinados patrones de conducta.

Se debe decidir lo que es aceptable y lo que no. Si cambias las normas constantemente, tu hijo no sabrá qué quieres de él y no te tomará en serio. En ese caso, puede acabar interpretándolo como una oportunidad para hacer lo que le venga en gana.

La importancia de marcar unas rutinas y normas

¿Por qué es necesaria una rutina?

Nuestros hijos necesitan, dentro de lo posible, mantener un horario. Cuando tenemos niños pequeños en casa podemos llegar a pensar que todas las horas del día no son suficientes para llegar a todo.

Por culpa de ésto, incluso dejamos de tener tiempo para nosotros mismos y para nuestra pareja. Y a los niños les transmitimos esa sensación de hacer todo precipitadamente. De ahí la importancia de marcar unas rutinas y normas.

Si son mayores pueden pensar que no les haces suficiente caso y no tienes tiempo para ellos. Si además tienen hermanos más pequeños, puede ser que empiecen a reñir con ellos o a portarse mal. Cuando los niños son pequeños, la desorganización en la rutina puede hacer que se niegue a hacer lo que le pidas o te monte una pataleta.

Confeccionar un horario o rutina doméstica consigue que controlemos las necesidades de cada uno y transmitamos a nuestros hijos seguridad. Establecer un horario definido o una rutina no implica que nos convirtamos en personas excesivamente rígidas. Más bien al contrario, puede tener mayor cabida la diversión, por la mejor organización de nuestro tiempo.

Esto se debe a que eliminaremos buena parte del estrés que supone que todo se haga de forma caótica y desorganizada. Cuando una actividad no le resta tiempo a otra, todos salimos ganando. Posiblemente acabes descubriendo que el tiempo te cunde más.

La importancia de marcar unas rutinas y normas

Consejos para establecer rutinas

  1. Sobre todo cuando los niños son pequeños, los horarios de las comidas y del sueño pueden considerarse los puntos clave de nuestra rutina.
  2. Establecer unos horarios para las actividades diarias no supone tener que ser demasiado rígidos. Un pequeño margen en el tiempo no supondrá un problema, siempre y cuando ese margen no sea excesivo.
  3. Debemos ser realistas. Si tu hijo tarda mucho en hacer una determinada tarea, permitid que tenga el tiempo suficiente para llegar a realizarla (por ejemplo, vestirse solo).
  4. En verano o en vacaciones, puede retrasarse el horario de algunas rutinas y normas diarias, como puede ser la hora de acostarse. Siempre dentro de un límite razonable, pues incluso entonces es bueno mantener el día a día dentro de unas normas.
  5. Todos los miembros de la familia deben involucrarse en mantener las rutinas y normas establecidos. No sirve de nada intentar llevar unas normas cuando el resto de personas al cuidado de los niños no las siguen. Por ello, deben establecerse de modo unánime y de forma consensuada y razonable para todos.La importancia de marcar unas rutinas y normas
  6. Una vez establecida una rutina y horarios, debéis explicársela a vuestros hijos. ¡Tu hijo si es muy pequeño no sabrá que faltan 10 minutos para la hora del baño si tú no se lo dices! De este modo podrá prepararse para lo que viene y sentirse implicado en el desarrollo de las actividades diarias.
  7. Debemos ir contándoles lo que sucede a lo largo del día, pero no es buena idea darles a elegir. No pasa nada por dejar que él seleccione entre dos alternativas razonables («¿Prefieres ir al parque o a la biblioteca?»). Pero no darle múltiples opciones, pues los niños no están en situación de tomar las riendas de la vida familiar («¿Quieres ponerte los zapatos?», «¿Qué zapatos quieres ponerte?»).
  8. Ser realistas y coherentes. Siempre se debe tener en cuenta la edad del niño. Las rutinas y normas que determinéis deben ser un reflejo de lo que de verdad puedes esperar de tus hijos. De nada sirve fijar una norma y un horario que no vais a poder aplicar.
  9. Cuando se trata de establecer normas en casa para niños pequeños, es preferible que sean pocas pero claras. ¡Establece prioridades! Si tienes una norma para cada cosa acabarás pareciendo más un policía que un padre o madre. Centraros en las que de verdad consideréis importantes. Conforme el niño se haga mayor y madure, podréis añadir otras nuevas y acordes a su edad.
  10. Comportamientos inaceptables. Dentro de las normas y rutinas diarias debéis prestar especial atención a marcar siempre cuáles son las conductas que el niño no puede realizar en ningún caso. Esto incluye las que hacen daño a otras personas (por ejemplo pegar o insultar) o las que pueden suponer un peligro para él mismo (soltarse de la mano para cruzar la calle, desabrocharse el cinturón de seguridad). Todos en la familia tenéis que seguir un criterio unánime frente a estas conductas.

Cómo marcar normas y horarios

No es necesario que realices una plantilla en la cual escribir las rutinas y normas para la convivencia familiar. Pero en ocasiones, hacerlo os podrá servir de ayuda extra.

Hay quien escribe en una cartulina cada una de las normas y tareas que se deben realizar y la pega por ejemplo en la pared o en la puerta de la nevera. A veces con los niños pequeños es una buena alternativa que reforzará todavía más el lograr una rutina doméstica.

Para ello, podéis hacer una especie de calendario semanal en el cual anotaréis cada una de las tareas que os interesa que vuestros hijos lleven a cabo. Podéis poner el horario de cada una de ellas o no, aunque siempre deben ir ordenadas en el tiempo. Para facilitar la comprensión del horario a los niños es buena idea acompañar cada tarea de un dibujo que la represente.

De este modo, incluso los más pequeños podrán seguir esas pautas y sabrán cuáles son las rutinas en cada momento del día. Si os apetece, podéis ir añadiendo pegatinas en cada casilla por cada una de las tareas que se van realizando. Esto a los peques les gusta mucho y les motiva todavía más para cumplirlas.

Hay quien establece algún sistema de recompensas (refuerzo positivo) a lo largo de la semana. Eso es algo que queda a la elección de cada familia. De todos modos, si os gusta la idea, tened en cuenta que la recompensa final sea más bien algo «intangible».

La importancia de marcar unas rutinas y normas

Recompensas emocionales

Es decir, no se trata de comprar regalos ni cosas así, se trata de disfrutar y comprender que las reglas pueden traernos cosas divertidas en familia, momentos que se convierten en memorias.

Por ejemplo, podemos recompensar (no premiar) a nuestros hijos permitiéndoles elegir su menú favorito, con una salida especial en familia, jugando a su juego de mesa preferido…

Como veis, tener una rutina cotidiana y unas normas básicas establecidas en casa nos puede servir de gran ayuda. Para ello, los padres debemos estar de acuerdo y seguir más o menos las mismas pautas.

Lo mismo para el resto de las personas que estén al cuidado de nuestros hijos. Los niños se confunden cuando se ven expuestos a continuos cambios en el modo de hacer las cosas.

Ser padres es muchas veces (por no decir siempre) una tarea ardua y difícil. La actividad de la vida cotidiana ya es suficientemente febril por sí sola. No es necesario marcar unas rutinas y normas a rajatabla que sea imposible llevar a cabo. Pero sí marcar unas pautas acordes a nuestra propia familia. De este modo, puede conseguirse que nuestro día a día deje de parecer tan precipitado y caótico.

¡Espero haberos servido de ayuda! El modo en que organicéis vuestra rutina familiar ya sólo dependerá de vosotros

4 comentarios en “Rutinas y normas en nuestra vida diaria familiar

    1. Sí, en verano es más complicado llevarlas a cabo. Pero, sobre todo con niños pequeños, es necesario mantener unos horarios para las actividades clave (comer, dormir…). Si no, los peques van todo el día desubicados y malhumorados. Muchas gracias por comentar, Virginia. Un beso! 😊

    1. Toda la razón, sin establecer horarios y rutinas en estos casos no puedes organizar mínimamente tu día a día. Gracias, Rocío, por aportar siempre tanto 😘

Mi blog se nutre con vuestras opiniones y sugerencias 😉 Así que, ya sabes, puedes dejar aquí tu comentario, ¡será bienvenido!

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