El paso del colegio al instituto es un momento crucial para todos los padres. Y por supuesto también para nuestros hijos, pues ellos son los verdaderos protagonistas de este gran cambio.
Como todas las etapas en la crianza, educación y desarrollo de nuestros niños, nos surgen un montón de dudas y preguntas. Y unidas a ellas, también llegan las preocupaciones normales. Es un salto más, un reto que debemos afrontar y en ocasiones puede hacerse duro.
El paso del colegio al instituto: nuevos cambios
Por un lado, nos adentramos de lleno en la adolescencia. Un periodo ya de por sí complicado, pues nuestros peques ya no lo son tanto. Y van apareciendo en ellos cambios, tanto físicos como de actitud, que muchas veces nos confunden.
El ver cómo tu hijo o hija crece y se va convirtiendo más en un adulto, nos llena de orgullo. Vemos con satisfacción cómo han ido tomando forma todas las enseñanzas, cómo se va convirtiendo en un ser integral y se hace cada vez más autónomo.
Pero al mismo tiempo aparecen muchos temores: por su seguridad, por su comportamiento, por darle mayor libertad… También nos preocupan las amistades y personas con las que se va a relacionar. Como queremos lo mejor para él o ella, nos hacemos cruces del grupo social en el que ahora va a encontrarse. Y deseamos que se rodee de compañeros que sepan respetarle y sacar lo mejor de él.
Que encuentre apoyos sinceros que le ayuden en esta etapa, que forme un círculo social sano y con buenos principios… Que sepa cómo comportarse y vaya adquiriendo nuevas responsabilidades.
Una etapa complicada
A todo esto se suma el cambio de centro escolar y el tener que amoldarse a nuevos compañeros, nuevos profesores y nuevos aprendizajes.
La carga lectiva e incluso el horario van a ser ahora completamente distintos. Otras asignaturas, mayores exigencias y el asentamiento de los hábitos de estudio. Hasta ahora, en el colegio, se puede decir que les hemos ido llevando más «de la mano» para casi todo. Pero han de aprender a comenzar a volar poco a poco con sus propias alas.
Uno de los miedos latentes es el fracaso escolar. Diferentes estudios estiman que alrededor de un 12% de los alumnos tiene problemas de rendimiento escolar durante el primer año de instituto (ESO). Puede deberse a la dificultad del nuevo ciclo, pero también a las características personales de cada niño.
Todo esto, sumado al ambiente que le rodea, puede generar situaciones de nervios o ansiedad que es necesario contrarrestar. A los 12 años ya no son tan niños, pero tampoco son todavía adultos.
Estas edades, entre la preadolescencia y la adolescencia, les mantienen un tiempo en una especie de «lapsus generacional». Ya os hablé de ello en mi anterior post La preadolescencia: cambios y libros que pueden ayudar en esta etapa
Así pues, el paso del colegio al instituto, es un periodo importantísimo en la vida de nuestros hijos. Un momento crucial tanto en el aspecto sociológico como en el académico.
El desarrollo a los 12 años
Todos los cambios durante esta etapa han de ser tenidos muy en cuenta, tanto por los padres como por los profesionales de los centros educativos. Por eso, no podemos dejar de prestar atención al aspecto emocional y de identidad de nuestros hijos.
La incertidumbre a la que se enfrentan y todas las novedades que van a ir encontrando, nos llevan a estar todavía más al tanto si cabe de cualquier circunstancia o comportamiento especialmente «extraño».
El papel de los padres
El momento de la adaptación es clave para poder afrontar posibles dificultades. Yo pienso que hay que poner todavía aún más empeño en hablarles, escucharles, aconsejarles…
Empatía, sin hacer uso de premios o privilegios innecesarios. Limitaciones, sin caer en el reproche o las comparaciones y haciendo hincapié en sus obligaciones. ¡Una ardua tarea! Encontrar el equilibrio creo que siempre es la mejor opción.
Saber ponerse en su lugar e intentar no juzgar su situación con la que haya podido vivir uno mismo a esa edad. Las realidades y la sociedad cambian continuamente y exigen afrontarlas de forma diferente.
El peligro de que baje su rendimiento en el instituto es mayor, pues todavía están creando su «identidad». Esto, añadido a la mayor independencia que allí encuentran son factores determinantes a tener en cuenta para suavizar en lo posible este paso.
Nuevos retos, nuevos aprendizajes
A lo largo de estas edades y del paso del colegio al instituto, nuestros hijos tienen que amoldarse a grandes cambios. Hasta ahora, por ejemplo, han tenido principalmente a un profesor a cargo de su formación. Pero a partir de este momento, deberán acostumbrarse a tener uno por cada asignatura.
Esto significa tener que acostumbrarse a diferentes planteamientos y metodologías. Al mismo tiempo, a una mayor libertad, pues se les supone una determinada autonomía. Deben hacerse responsables de sus tareas, horarios, exámenes… Y cumplir otras normas y exigencias distintas.
Entradas y salidas del centro educativo, puntualidad, asistencia… Son cuestiones que los padres no podemos dejar de lado durante el paso del colegio al instituto. Para ello es necesario hablar claro con los hijos y facilitarles todas las herramientas posibles para no frenar su autonomía, pero manteniendo la «vigilancia».
Afortunadamente, en los primeros cursos sobre todo, el centro mantiene en cierto modo un mayor control. Por ejemplo, en el aspecto de los recreos, no les está autorizado salir fuera del recinto escolar.
Nuestra experiencia
En nuestro caso, el paso de un ciclo a otro en la escuela sí se ha notado. Cambio de profesores o tutores, mezcla de compañeros (organizaban los alumnos en diferentes aulas). Esto a mi entender es bueno porque amplía las relaciones y les hace adaptarse en cierto modo y ser más flexibles.
También los contenidos curriculares han ido cogiendo dificultad, así como las tareas, trabajos y deberes. Quizá los cambios más bruscos fueron pasar de Infantil a Primaria (también hubo cambio de edificio, aunque no de centro). Y el paso de 2º a 3º Primaria, donde de un curso a otro se añade el llevar libros de texto y tener ya exámenes «de verdad».
Así que el paso del colegio al instituto es cierto que, por lo menos a mí, me produce cierto desasosiego por la novedad y el desconocimiento. Pero espero que, como en cada etapa que toca, lo sobrellevaremos bien. ¡O al menos lo mejor posible!
Pero si soy sincera, los nervios están ahí, jeje. Si algun@ habéis pasado ya por ello, me entenderéis. Así que… ¡valor y al toro, que es lo que toca!
¿Qué tal llevas los cambios y pasos de ciclo con tus hijos? Cuéntame tu experiencia en los comentarios
Madre mía, el mío irá al «cole de mayores» y estoy aterrorizada.
Ains!!
Qué mayores se hacen.
Un besote, Pilar!
Uff, lo de ir «al cole de mayores» todavía resuena el eco en mi cabeza… 🤦♀️ Eso no se olvida! Si ya lo digo yo, que nos encontramos en unos berenjenales que vayaaaa. Y no paran de crecer, oiga! 😄 Un beso, Virginia y mucha suerte a ti también con el cambio 😘
Ay ay ay que mal lo pasé yo con el mayor, el cambio fue muy duro para él, y encima por esa época iba a tener a su primer hermano, una mezcla de emociones que costó años superar. Yo solo espero que ahora con el segundo no sea tan intenso, pero me temo lo peor. Un abrazo Pilar.
Con el mío es la primera experiencia y aún no me hago a la idea 🙈 Supongo que el primer año será el de más tembleque (eso espero). Ay, no sé si tu experiencia me reconforta o no… 🤣 Ala, mucho ánimo, ojalá con el segundo lo lleves mejor, está claro que como cada uno es un mundo nunca se sabe! Besos, Telva 😘
Buenísimo el artículo, explicas a la perfección todos los cambios que de un y otro lado habrá que enfrentar. Seguro q
-Que se me ha ido el dedo- Decía que seguro que muchos padres se sienten reflejados en los que cuentas y a muchos otros les ayudará en esta nueva etapa. Buen trabajo, Pilar y además, muy bien estructurado. Un besazo y ánimo a todos los papis.
Hasta que no te llega el momento, lo ves taaan lejano… Pero que el tiempo vuela! Yo creo que nos cuesta más adaptarnos y hacernos a la idea a los padres (o por lo menos a mí 😅). Pero todas las etapas hay que pasarlas, un beso guapa 😘
Ay Pilar! Un reto para toda la familia desde luego. Es un cambio grande en una edad complicada, pero estoy convencida de que os adaptareis genial. A mí es que no me gustan los cambios, pero es ley de vida jeje. Un besazo Pilar!
A mí los cambios también me dan vértigo al principio 😅 porque nunca sabes lo que te espera. Pero vaya, que por lo visto en ésto no hay marcha atrás 🙃 A ti aún te quedan unos años, disfruta de esa etapa que pasa volando! Besito 😘
Seguro que tienes mas miedo tú que él. Yo pasé al instituto con 12 años y la verdad muy bien, nada traumático.
Ánimo!!
Sí, eso seguro 😄 Él tendrá nervios, los típicos de cuando comienzas curso y la novedad de ser todo nuevo para él, pero creo que tiene hasta ganas y todo… Es normal, se sienten ya mayores. Las preocupaciones de qué pasará de momento las llevan los padres, creo. Gracias por pasarte, Paula 😘
Es un gran cambio el paso de primaria a secundaria, creo que el más marcado a mi parecer. Recuerdo que de las primeras cosas que nos dijeron fue: ya no son niños, ahora son jóvenes.Pero seguro que saldréis adelante, un abrazo y enhorabuena que todo saldrá bien
Sí, es un cambio muy grande… Cuando yo estudiaba aún existía la EGB y se pasaba al instituto con 14 años. Y aún así era mucho cambio desde el cole. Pero ahora además pasan con 12… Ais, tendremos que pasar por ello. Gracias por tu apoyo, Teresita! 😘
Pues lo cierto es que «solo» he vivido los cambios de infantil a primaria con el mayor y de la guardería a infantil con el pequeño. Al final creo que nosotros tenemos mucho más miedo que ellos. En mi caso me he fijado que los niños afrontan los cambios con bastante más tranquilidad que yo.
Sí, es cierto 😄 toda la razón!! En este caso también sucedió así, los primeros días andó más desubicado por ir a un nuevo centro escolar, nuevos horarios, nuevos profesores y compañeros… Pero la verdad enseguida se adaptan a los cambios 🤗 mejor que nosotros sus padres jaja 😅 Gracias por tu comentario, Nacho 😘