Visitar el Castillo de Loarre con toda la familia es siempre un placer. Tenemos la suerte de poder contemplar en unas condiciones inmejorables uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar y civil de Europa.
Ya en el año 1906 se le declaró Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional. Además es la obra cumbre de las fortificaciones peninsulares y una espectacular muestra del arte románico.
Más de 200 años construyendo el Castillo de Loarre
Es sorprendente la historia de la construcción del Castillo. A principios del S. XI (año 1020-1035) el rey de Pamplona Sancho Garcés III ordenó construirlo como fortaleza militar. Sin embargo, hasta el año 1287 no se construyó la Muralla para evitar el ataque de posibles invasores. Muy curioso, ¿verdad?
Según indica Ricardo del Arco en su obra «El Castillo Real de Loarre» (año 1917):
«En la época romana, también estuvo la población junto a la fortaleza, hasta después de ser ganada por los árabes. Con el tiempo, fueron descendiendo los habitantes al pie del monte, donde edificaron sus viviendas y una iglesia dedicada a San Esteban. La parroquia permaneció en el Castillo hasta el año 1505.»
A lo largo de los años y de los siglos, el Castillo de Loarre ha estado marcado por la misma suerte que la realeza que lo habitó. También Ricardo del Arco intentó en su obra hacer acopio de los pocos datos que del Castillo existían. Para ello se valió del Archivo de la Corona de Aragón y de noticias y documentos inéditos. Gracias a todos estos valiosos datos realizó una extensa reseña histórica de Loarre y su Castillo.
Merece la pena leer la obra de Ricardo del Arco sobre el Castillo. Podéis consultarla pinchando en el siguiente enlace: El Castillo Real de Loarre.
Debemos estar enormemente agradecidos a personas como él, quien actuó favorablemente junto a otros para la mejora y restauración del Castillo.
Declaración de Monumento Nacional y restauración
El Castillo de Loarre estuvo prácticamente olvidado, sólo conservado de forma modesta por la Cofradía de la Virgen del Castillo. Es en el año 1904 cuando se pide que sea declarado Monumento Nacional. Enseguida se emitió un informe favorable para dicha petición y se publicó en Real Orden en 1906. Sin embargo, mientras el Castillo de Loarre necesitaba una rápida actuación por su avanzado estado de abandono y deterioro, pasaron varios años hasta que se efectuaron las reparaciones.
Afortunadamente, entre los años 1914 y 1916, se procedieron a realizar las importantes obras de mejora. Fue notoria la implicación por aquel entonces de D. Miguel Moya, quien consiguió una enorme inversión para la restauración del Castillo.
El Concejo de Loarre nombró a Moya hijo predilecto de la villa por su inestimable ayuda. Gracias a ella, y a la de muchos, podemos hoy disfrutar de esta maravillosa fortaleza. Incluso una plaza en el pueblo de Loarre lleva el nombre de Plaza de Miguel Moya.
Visitando el Castillo de Loarre toda la familia
Ver el Castillo de Loarre con su silueta recortada mientras te vas acercando a él es impresionante. ¡Tan majestuoso y perfectamente protegido por la roca sobre la que se asienta!
Cerca de su entrada encontramos las taquillas, un bar-cafetería y una tienda de recuerdos. Una vez traspasado el gran arco y portón de acceso al Castillo, nos encontramos en el interior de la Muralla. ¡Las vistas desde allí son espectaculares!
Franqueamos la entrada, subiendo las escaleras. Pensamos cuántos reyes e ilustres habrán pisado ese mismo suelo ya desgastado. ¡Es tan emocionante! Hay muchos visitantes y niños correteando por las innumerables galerías y pasadizos.

La verdad que es uno de esos lugares para disfrutar, pues puedes acceder a varios de los torreones, como la Torre de la Reina y la Torre del Homenaje. Ésta última es la más alta del Castillo (22 metros), alberga en su interior 5 plantas y se usaba como refugio en tiempos de asedio. Cuando los enemigos venían a atacar, subían su puente levadizo y de este modo evitaban el acceso a su interior.
Estuvimos viendo todas las estancias: el Patio de Armas, los Pabellones Militares, los aljibes donde acumulaban el agua, la Iglesia de Santa María, la Cripta de Santa Quiteria, etc. Los niños se lo pasan genial porque hay un montón de pasillos y ventanas por donde contemplar el hermoso paisaje desde lo alto.
¡Como anécdota contaros que es un Castillo de película! Los que seais cinéfilos seguro que recordaréis la puesta en escena del Castillo de Loarre en la película El Reino de los Cielos de Ridley Scott.
La entrada al Castillo incluye también la visita a la Iglesia de San Esteban en Bolea (del Siglo XV). ¡No dejéis de visitarla! En ella se conserva el patrimonio escultórico y pictórico del Castillo de Loarre.

Nosotros habíamos estado muchas veces dentro del Castillo, pero hasta ahora no habíamos ido a ver esta Iglesia. La verdad es que me pareció de una gran belleza.
La Iglesia de San Esteban no es muy grande, pero su riqueza arquitectónica e histórica es enorme. Hay preciosas reliquias que estuvieron originalmente en la cripta del Castillo, como la Arqueta de San Demetrio (Siglo XI). También la Imagen de San Pedro y la de la Virgen del Castillo (tallas románicas).
Además, allí se puede ver una colección de antiguas fotografías de la restauración de la Iglesia. En ellas se muestra el estado en el que se encontraba antes de las obras de reparación y acondicionamiento.
Si vas a visitar en familia el Castillo de Loarre, puedes ver todas las ofertas de alojamiento cercanas en el cuadro de búsqueda de Booking. Lo encontrarás al final del artículo (si estás usando el móvil) o a la derecha (si me lees desde el ordenador).
Os recomiendo visitar el hermoso Castillo de Loarre y la cercana población de Bolea, ¡os encantará!